domingo, 25 de noviembre de 2007

Momentos de soledad

Es curioso; puedes estar rodeado de gente y sin embargo, sentirte solo. 0 por el contrario, estar en un lugar tranquilo, retirado del bullicio callejero, y también sentirte aislado, saboreando el placer o la angustia de la soledad. Ahora me doy cuenta que soy un ser solitario en este mundo. Me siento como un parásito perdido en la infinidad del Universo. Camino al lado de muchos seres, pero mi andar es individual. Busco la fuente de mi destino para seguir evolucionando hacia la perfección. Nadie tiene acceso a mi mundo; tan sólo yo conozco las reglas de su funcionamiento. Me siento como un cometa siguiendo una órbita distinta al resto de los seres humanos.

Experimento un universo lleno de sensaciones y vivencias, que sólo yo puedo entender y no compartir; porque también los otros tienen su propia estrella fugaz, trazando la estela de su vida por este planeta.

¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Por qué cada uno cogemos distintos senderos en esta vida, y, sin embargo, estamos llamados a entendernos y a aceptarnos? ¿Cuántos interrogantes quedan todavía en mi crepúsculo interior? ¿Quién me desvelará el telón de la sabiduría? ¿Quién compondrá el rompecabezas de mi vida? ¿Quién encenderá la llama en la selva negra de mi ignorancia? ¿Dónde estará ese faro que corrija el rumbo de la embarcación perdida, en el océano turbulento de mi mente? ¿Quién me tomará en su regazo cuando pierda la orbita de mi existir? ¿Quién guiará mis pasos cuando deje de latir este corazón desolado?

F.G.M.

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